ESEFARAD: MAGACÍN SEFARDÍ - Susona sufrió un gran sentimiento de culpa por haber traicionado a su padre. Se confesó, fue bautizada y posteriormente, se retiró varios años a un convento. A su muerte dispuso en su testamento que su cabeza fuera colgada de la puerta de su casa, en el barrio Santa Cruz de Sevilla, para recordar a la gente su traición. Otra historia trágica de una mujer judía que afectó además profundamente a su comunidad. Semanada buena!
HEBREO VIVO AL HABLA, CON RUBÉN FREIDKES – El hebreo es un idioma en el que las raíces verbales tiene un papel principal: sirven...
MÚSICA CLÁSICA - Pocas presentaciones necesita a estas alturas el violinista israelí Itzhak Perlman, que esta semana ha sido galardonado con el Premio Génesis...
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