HOMENAJE - El 25 de junio pasado fallecía a los 88 años de edad Alejandro Romay, conocido en la Argentina como "el zar de la televisión", aunque no había sido este el único medio en que brilló con su talento e imaginación. Quien nos glosa su figura es nada menos que su hijo Omar, que hace un muy emotivo recuerdo desde los orígenes de la familia en Esmirna, sus humildes comienzos en una capital de provincias, su éxito en la radio, en el pulso frente al arrollo peronista para impulsar el tango, al desarrollo de un lenguaje televisivo propio sin apoyos internacionales, su pasión por el teatro y por Sefarad, cuyos reyes le otorgaron una condecoración a la que supo responder con emoción e invirtiendo en la reconstrucción de un teatro abandonado de Madrid. Muchos recuerdos, muchos logros y el cariño de quienes lo conocieron y los herederos de su labor
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